26 mayo 2009

UNA RESPUESTA POLITICAMENTE INCORRECTA.




Desde que fue comunicada oficialmente mi candidatura a Diputado por el Distrito 50 (Temuco y Padre Las Casas), reiteradamente he sido consultado por los medios de comunicación acerca de cuáles son mis proyectos para la Región y, en consecuencia, cuál sería mi aporte de ser elegido Diputado.

Una respuesta políticamente correcta (que suele ser la más incorrecta de las respuestas), sería decir: voy a trabajar para disminuir la cesantía en mi Región, voy a atacar fuertemente la delincuencia, voy a fomentar el turismo, apoyar las microempresas y las PYMES, apoyar a la resolución de las materias pendientes referidas a nuestros pueblos originarios, etc. etc. Eso sería considerado “políticamente correcto” en la cultura electoral de nuestro país, es decir, derramar una lluvia de ofertas electorales que llevan a las personas a pensar que resolver problemas históricos, males endémicos o conflictos que tienen que ver con la estructura de funcionamiento de nuestra sociedad, resulta muy fácil, como por milagro, cuando vienen las elecciones. Lamentablemente, suele ocurrir que esto es, además, lo que los electores quieren escuchar.

Es lo que se llama, una respuesta políticamente correcta. Todo el mundo queda conforme hasta que se empieza a pedir cuenta al candidato ya elegido acerca de qué ha hecho para cumplir sus promesas, que es cuando empiezan los problemas. Nuevamente la desconfianza se hace sentir, los compromisos no se cumplen y el elector reafirma su falta de credibilidad en los políticos y con ello se deteriora las base de nuestro sistema democrático y la credibilidad en las instituciones. No es casual que los partidos políticos ocupen en todos los estudios de opinión, el último lugar en materia de credibilidad pública.

¿Qué hacer entonces? La respuesta no es fácil: ¿ Cómo transmitir al electorado cuál es en realidad la naturaleza de la función de la autoridad que está eligiendo?. ¿Cómo hacerlo comprender que al elegir un legislador (Diputado o Senador) , está eligiendo una autoridad cuya función específica será la de aprobar las leyes que, por iniciativa del Presidente de la República o del propio Parlamento serán las que resolverán para el conjunto del país, las materias a que se refieran.

El punto entonces está en lograr que las leyes que promueva o vote favorablemente ese Diputado o Senador electo, estén en consonancia con los intereses de la comunidad que representa (su Distrito o Circunscripción) y que para lograr aquello, es necesario que, una vez elegido mantenga un permanente y fluido contacto con sus electores, por diversos medios: personalmente, usando las tecnologías de la información, los medios de comunicación, etc. Un contacto permanente con los electores asegura al elegido, una sintonía con sus problemas y una definición clara acerca de cuáles son los que requieren mayor y preferente atención.

Los temas que forman parte de la “agenda de ofertas electorales permanentes”, efectivamente requieren de un tratamiento urgente: no puede haber nada mas importante de resolver que los temas del empleo, la contaminación, la temática indígena especialmente mapuche, etc., pero para abordarlos, se requiere que lo hagamos con sentido de cuerpo: todos los parlamentarios de la Región juntos, sin importar el sector político que representan, definiendo estrategias colectivas para ejercer presión al centro y de esa forma lograr que se tomen las decisiones correctas, destinándose los recursos necesarios para ello. Si logramos avanzar en esos temas será porque hemos logrado aunar esfuerzos para enfrentarlos en común, y no será por la decisión iluminada de un parlamentario aislado. Por ello es que digo que, frente a la pregunta inicial de ¿Cuáles son sus proyectos para la Región en caso de ser elegido?, la respuesta acertada, aunque políticamente incorrecta, sería decir en primer lugar: Trabajar para establecer una relación de credibilidad entre los ciudadanos y sus autoridades elegidas, y con ello con las instituciones que representan, poniendo por delante la verdad acerca de nuestras reales posibilidades de intervención, y además, ser parte de la construcción de un sueño de país que reconozca en cada uno de sus hijos a la persona que es y que ésta sea valorada como tal y no por los bienes que posee , la clase social a la que pertenece o el poder de que dispone. Alguien dirá esto es una utopía. Mi respuesta es que desde el momento en que dejamos de soñar…comenzamos a morir… y yo no quiero que eso me ocurra aún.

Esta es mi respuesta que, aunque políticamente incorrecta es valóricamente acertada. Mi invitación es a desarrollar en plenitud nuestros talentos y de esa forma, soñar para vivir.


20 mayo 2009

SI LA VICTIMA ES UNA MUJER, LA HERIDA ES DE TODOS.






No hay que hacer un gran esfuerzo para recibir a diario un golpe brutal a nuestra conciencia. No es necesario tener gran imaginación ni ser muy creativo para detonar en nosotros esa terrible e incómoda mala costumbre de pensar. No hace falta ningún recurso adicional y saber que existen poderosas razones para comunicar aquello que nos atraganta...nos duele y corroe nuestra alma personal y social.

Las últimas semanas hemos sido testigos mudos de la forma cómo la sociedad se ensaña con quienes representan la más dramática paradoja: " las más fuertes son las más vulnerables".

Las mujeres representan-sin duda-una fortaleza que ni el más troglodita de los varones podría negar. He sido de los afortunados que ha podido ver en la cotidianeidad de miles de familias, cómo el soporte de ellas permite que, a partir de la entrega, el abandono de sí mismas, logra que el conjunto de la familia a la que pertenecen, crezca y se desarrolle en plenitud. No se trata entonces, de recurrir a lugares comunes para obtener el cariño de "ellas". Se trata de lograr, desde nuestra masculina mirada, que se entienda y reconozca el valor de expresiones tan comunes como "dejé de estudiar cuando me casé" ; " cuando nació mi hijo renuncié al trabajo" ; "cuando murieron mis padres me quedé en la casa y me hice cargo de mis hermanos" ; "cuando mi marido quedó cesante...salí a buscar trabajo en lo que fuera" ; "cuando me golpeó aquel a quien amaba...me fui y saqué adelante a mi familia";"cuando faltó el pan, lavé con lágrimas ropa ajena";" para evitar que la violencia se ensañara con mis hijos, acepté en silencio caricias que parecieron golpes y besos que parecieron vómitos".

En fin, se podría describir eternamente y en cortas frases, ejemplos de cómo estos íconos de la fortaleza, han logrado, renuncia tras renuncia, subsistir a siglos de violencia, privaciones y miserias. Ello ha afectado, en nuestra historia- transversalmente- a mujeres de toda condición social, económica, intelectual o política. Es lo único en que no han sido discriminadas...

La violencia en su contra puede encontrarse en cualquier tiempo y lugar. Ella está presente hasta en las más respetadas instituciones vinculadas a la fe y la espiritualidad. Sin embargo, han sido esos mismos testimonios cotidianos de humanidad y fortaleza, los que han permitido que hechos de violencia femicida como los que hemos conocido esta semana, golpeen nuestra conciencia de sociedad de modo tan brutal, que nos hagan reaccionar impulsando un proyecto de ley que sancione con penas ejemplares, a los autores de este tipo de actos.

No sé si será el camino correcto ni tengo mucha confianza (debo decirlo) en los legisladores. Solo sé que en una cultura como la nuestra, cualquier decisión que busque representar el dramático daño de la violencia, en cualquiera de sus expresiones y, especialmente, la ejercida contra la mujer, es un avance cualitativo importante. Es muy posible que no seamos nosotros los que veamos los frutos de los progresos logrados en esta materia. Sin embargo, debemos constituirnos en un referente moral infranqueable para lograr que las generaciones futuras puedan ser testigos de relaciones equilibradas, tolerantes y profundamente humanas.

Difícil aunque hermosa tarea en una sociedad que posterga el ser por el tener; el avanzar por el aplastar y el vivir por el consumir. Aún así...vale la pena el intento.

19 mayo 2009

SOLEDAD Y VIOLENCIA EN LOS JOVENES. ¿ DONDE ESTAN LOS RESPONSABLES?



Con frecuencia los medios de comunicación nos informan acerca de hechos de violencia en que se encuentran comprometidos menores de edad, tanto en la comisión de delitos, como en los colegios de educación básica y media de nuestro país.

Con la misma frecuencia los mismos medios descargan su ira en contra de dichos menores, haciéndoles exclusivamente responsables de todo cuanto ocurre al respecto, sin entrar en un análisis mas detallado acerca del origen de dichas conductas y cuál es la forma de enfrentarlas.

Lo primero que a mi juicio hay que tener presente, es que la responsabilidad inmediata en la formación valórica de las nuevas generaciones tiene su origen en la propia familia, y allí, sin duda, tenemos un grave problema. Por una parte, vemos cómo cada día disminuye el compromiso de las familias en la formación de los hijos. Este menor compromiso se expresa en que disponemos de menos tiempo para ellos, y en que la calidad de ese tiempo lejos de producir un acercamiento genera resistencias por parte de los hijos, dada la actitud de los padres alsentirse sobrepasados, cansados o angustiados por las circunstancias que deber enfrentar a diario que les imposibilita para responder eficientemente a los requerimientos, apoyos o compañía demandada por parte de sus hijos.

Si de algo puedo estar seguro, especialmente por mi reciente experiencia universitaria, es que los jóvenes viven un estado permanente de soledad que les dificulta enfrentar exitosamente su propio desarrollo y afianzar sus personalidades a partir de valores que no ven en su entorno familiar inmediato.

SUS PADRES ESTAN TAN OCUPADOS TRATANDO DE SOSTENER UN NIVEL DE VIDA QUE SE LES HACE CADA VEZ MAS DIFÍCIL, QUE NO DISPONEN NI DEL TIEMPO NI DEL ESTADO DE ANIMO PARA FORMAR, CORREGIR CON AFECTO y ORIENTAR A SUS HIJOS.

Muchas veces llegaron a mi oficina en la universidad alumnos que comenzaban la conversación planteando un determinado problema académico, pero al cabo de pocos minutos podía darme cuenta que ese no era el tema de fondo que les preocupaba. Su preocupación era más bien esa soledad en que se encontraban, y la convicción de sus padres de estar haciéndolo bien, sólo proveyendo económicamente a sus necesidades y desconociendo absolutamente la realidad de la vida interior de sus hijos.

Si a ese escenario de soledad infanto- juvenil agregamos el constante bombardeo de los medios para incentivar el consumo desmedido de productos que no necesitamos y el endeudamiento -incluso en tiempos de crisis- lo que estamos haciendo es provocar, precisamente un mayor aislamiento al interior de la familia que , arrastrada por la necesidad de tener cada vez mas “cosas”, abandonan su preocupación por las “personas” que son, ni mas ni menos, “sus hijos”.

Recuerdo que en Isla de Pascua comenzaron a ocurrir delitos contra la propiedad primero (robos, hurtos), y delitos contra las personas (violaciones, lesiones), poco tiempo después que la televisión comenzó sus transmisiones directas en la isla. Antes de ello, estos delitos eran inexistentes. Ello prueba, fehacientemente, el negativo rol que los medios de comunicación, especialmente la TV están cumpliendo en la sociedad del siglo 21.

Hay quienes tienen que asumir responsabilidades y proponer a los medios de comunicación un aporte mas generoso en la promoción de valores que nos lleven a comprender que no puede ocurrir que seamos la última generación de hijos que respetó a sus padres y la primera generación de padres que temió a sus hijos.

08 mayo 2009

LAS RAZONES DE UNA DECISION.



Es posible que a muchos haya llamado la atención lo informado por la prensa de hoy Viernes 8 de Mayo, acerca de mi decisión de ser candidato a Diputado por el Distrito 50 (Temuco y Padre las Casas), declinando una decisión anterior de postular al Senado de la República.
Efectivamente, no me resulta sorprendente que esta decisión cause incomodidad e incluso molestia en algunos de quienes habían manifestado abiertamente su apoyo a mi candidatura al Senado.
Por ello, creo que merecen una explicación, que se traduce en señalar a lo menos dos aspectos relevantes que le sirvieron de fundamento:

a) La primera circunstancia tiene que ver con el ofrecimiento que se me hizo de "blindar" , para la Democracia Cristiana la Circunscripción Araucanía Sur. Ello consistía simplemente en que ambos candidatos a Senadores serían del PDC (Francisco Huenchumilla y René Saffirio) , en el pacto de la Concertación de Partidos Por la Democracia. Esta alternativa la rechacé de plano, ya que desde mi punto de vista, estaríamos poniendo una nueva camisa de fuerza al ya desacreditado sistema binominal al proponer a los electores dos candidatos del mismo Partido (PDC). Ello significaba "borrar con el codo lo que habíamos escrito con la mano" en el sentido de impedir a los ciudadanos que libremente tengan al menos la opción de elegir entre candidatos de diferentes Partidos en el pacto de la Concertación. Me pareció francamente inmoral el sistema propuesto, y

b) Nadie en la D.C. me manifestó claramente que el resultado de la encuesta de opinión que se realizaría entre ambos precandidatos a Senadores, tendría carácter vinculante para el Consejo Nacional de la D.C. Eso significa que podría ocurrir que, no obstante haber tenido por mi parte un mayor porcentaje de aprobación en la encuesta, igualmente no fuera nominado candidato a Senador.
Como podrán comprender, ante este escenario, resolví ayer a las 14 horas, que aceptaba la postulación a Diputado por el Distrito 50 y que eso debería ser concebido como un gesto de generosidad política ya que se permitiría resolver una cuestión que estaba generando molestias innecesarias en la Coalición .
Entiendo que en algunos esto haya generado molestia, pero puedo asegurarles que he asumido este nuevo compromiso con gran fortaleza y entusiasmo. SOLO QUIERO, DESDE EL LUGAR EN QUE ME ENCUENTRE, QUE ME ACOMPAÑEN A CONSTRUIR ELSUEÑO DE ENTREGAR A NUESTROS HIJOS Y NIETOS UN PAIS MEJOR QUE EL RECIBIDO DE NUESTROS PADRES Y ABUELOS.
En unidad construir futuro para quienes han quedado al márgen del progreso y ven con desesperación cómo las oportunidades pasan por su costado sin tener la opción de proveerse y proveer a los suyos mejores condiciones de vida.
René Saffirio E.

EL SENTIDO DE LA DEMOCRACIA CRISTIANA



Les invito a reflexionar acerca de este texto, escrito por Monseñor Carlos González el año 2003, de impactante vigencia.
René Saffirio Espinoza.







Obispo Carlos González Cruchaga
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Las ideologías pasan, las respuestas a una sociedad en constante cambio se ven desafiadas a la solución de nuevos problemas, pero el mensaje del Evangelio y la dignidad del hombre como ser hecho a imagen y semejanza de Dios siguen vigentes, y pidiéndonos respuestas que estén a la altura de los desafíos que los tiempos nos plantean.

Al recordar los tiempos de la Marcha de la Patria Joven, es conveniente preguntarse ¿Qué movía a aquellos jóvenes a hacer dicho esfuerzo?. Se sentían identificados con las respuestas que daba el Partido a los problemas de la sociedad chilena; había un diagnóstico acertado y aceptado como correcto. El país tiene hoy una problemática muy distinta a la de otros escenarios históricos, y pareciera que la respuesta que se propone se ha desdibujado; y no se ve la huella central de los valores humanistas del Evangelio, sino más bien una visión excesivamente centrada en lo coyuntural más que en lo que está en la raíz de los problemas. No se ve por parte de la democracia cristiana un recordar esos valores humanos tan centrales, los de las Bienaventuranzas, los de San Francisco de Asís.

No se ve, en términos externos, que se cuestione un sistema económico actualmente imperante en Chile, profundamente capitalista, no equitativo, no solidario, y por ello poco humanitario; esas banderas de lucha han sido, descuidadas por la Democracia cristiana. No se ve externamente, cual es la propuesta de la DC, en términos que lo diferencien de otros partidos. Ese desperfilamiento de las propuestas ha sido un motivo fundamental de los fracasos electorales de las recientes elecciones.

Es indispensable replantearse qué significa hoy un concepto de humanismo cristiano. Ello requiere previamente entender el mensaje de Jesucristo y cuáles son las características reales de las sociedad actual, distinta a los tiempos en que se fundó de la Falange y la DC. Debe actualizarse el diagnostico frente a los diversos problemas, tanto éticos valóricos, económicos, culturales y no continuar con la inercia actual de seguir únicamente en la temática de la coyuntura inmediata y las cuotas de poder que buscan mantenerse y mejorar.

El poder tiene sentido cristiano en cuanto es poder para servir, en especial a los más débiles, a los que no tienen voz, a los preferidos de Jesús. El poder no es para ascender económica y socialmente, no es sino para construir una sociedad más humana, no es para perpetuar grupos o intereses personales, sino para potenciar las capacidades de toda la comunidad nacional. La política es una herramienta de servicio, y por ello posee una capacidad de caridad a nivel masivo, en sentido cristiano, que le da a la actividad política un rango de nobleza e identidad.

No bastan las buenas maneras, no basta la habilidad, "la muñeca", sino que se requiere verdad, convicción y entrega personal, posponiendo los intereses de poder y los personalismos.

En estos tiempos el desafío para los partidos humanistas es el capitalismo excesivo, la economía del dinero por el dinero, que carece de una visión humana, social y de verdadero mercado, en que solo el dinero es lo relevante, olvidando que el sentido de la sociedad es la persona.

El actuar en política es una materia propia a los laicos de la Iglesia, y no a la jerarquía. Son principalmente los laicos aquellos a los cuales les corresponde transformar la sociedad, traspasándola con los valores y criterios del Evangelio, como la forma concreta de plasmar el Plan de Dios en esta tierra. En la medida que los laicos asuman con creatividad y lucidez la tarea de unir fe y política, se podrá materializar una sociedad que responda realmente a las propuestas valóricas implícitas en el Evangelio.

Es relevante e indispensable que se abra paso a gente con mente renovada, con perspectivas actuales, sin prejuicios, capaces de construir la política del hoy y del mañana.

Obispo Carlos González C.

(Q.E.P.D.) 2003.