16 junio 2009

Despedida de la Universidad Mayor de René Saffirio E.


Martes, 16 DE Junio de 2009.

Hace aproximadamente cinco años, recibí una inesperada invitación del Sr. Rector de nuestra Universidad, don Rubén Covarrubias, para incorporarme a esta casa de estudios superiores y dirigir, en calidad de Vicerrector Regional los destinos de esta Sede, la única que posee fuera de la Región Metropolitana.

Antes que ocurriera aquello, en reiteradas ocasiones manifesté mi intención de, al dejar el servicio público, incorporarme al mundo Universitario, y de esa forma desarrollar otras habilidades o competencias en un área desconocida para mí lo que, sin duda, me produjo no poca inquietud al tener que enfrentarme a un mundo tan distinto de aquel en que me había desenvuelto durante mi vida profesional.

Sin embargo, tanto por la generosidad de la invitación, cuanto por la naturaleza del desafío al que estaba siendo convocado, acepté el reto y me sumé con agrado a esta nueva tarea.

Lo hacía también por el imperativo personal de demostrarme a mí mismo, que era capaz de ser eficiente en un entorno de relaciones tan complejas como resulta ser la conducción de una casa Universitaria.

Aquí aprendí a fortalecer mi reconocimiento a la diversidad y la tolerancia como factores insustituibles de la convivencia humana…aquí quise, deliberadamente, guardar silencio para aprender a escuchar…nunca supe cuánto tiempo tendría para practicar el enriquecedor arte de escuchar...y a través de él…comprender a fondo y apreciar las diferentes realidades, culturas y particularidades que se aprecia en Facultades, Escuelas y Carreras de nuestra Universidad.

Así fue, como logramos cumplir objetivos que se veían distantes y difíciles de materializar: mejoramos sustancialmente nuestra infraestructura ; dimos un impulso insospechado a nuestro equipamiento en laboratorios y clínicas, incorporamos a la Universidad un nuevo Hospital, adquirimos infraestructura deportiva y ampliamos nuestra oferta académica hacia carreras del área de la salud: después de más de treinta años, nació la segunda Escuela de Medicina en la Región que, sumada a las restantes carreras que nuestra Universidad ofrece en dicho sector, nos permiten mantener en pie una oferta del más alto nivel académico y tecnológico, orientada a aquellos jóvenes que buscan desarrollarse en alguna de las profesiones que deben responder a una fuerte demanda existente por parte , especialmente, de quienes tienen menos posibilidades de acceder a una atención digna en salud.

Sin embargo, nuestros logros no sólo dicen relación con la forma como nuestra Sede creció y se desarrolló materialmente durante estos años. En efecto, junto a ello, construimos relaciones de colaboración recíproca con innumerables instituciones de carácter público y privado. Nos insertamos eficientemente en el Sur de Chile, y somos hoy la Universidad Privada que tiene derecho a exhibir con legítimo orgullo, sus logros institucionales, académicos y de certificación de calidad, que nos hace sentir que el esfuerzo ha valido, sin duda, la pena.

Hoy no es suficiente que seamos nosotros los que digamos que estamos haciendo bien las cosas. En los inicios del siglo 21, deben ser terceros, actores independientes y con total autonomía, los que certifiquen nuestros procesos y den fe que ello es efectivamente así.

Es por esto que asumimos el desafío de Acreditarnos Institucionalmente ante la Comisión Nacional de Acreditación de Pregrado y cuando lo logramos y pudimos percibir que dicha acreditación no daba cuenta de nuestra fortaleza institucional por haberse transformado en un proceso burocrático mas en el desarrollo del sistema universitario chileno, el Directorio de nuestra Universidad, y particularmente su Rector, tomaron la decisión de mirar más alto, anticiparse al futuro e iniciar un proceso de acreditación internacional ante una de las seis Agencias Acreditadoras de los Estados Unidos de Norteamérica que, en materia de certificación de calidad, exige los más altos estándares para ingresar a un selecto grupo de no más de 500 Universidades en el mundo.

Hoy, después de tres años de trabajo con dicha Agencia, se nos ha otorgado el Status de Candidatos a la Acreditación y hemos sido autorizados para desarrollar nuestro proceso de autoestudio que deberá llevarnos, sin duda alguna, a ser la Primera Universidad Latinoamericana Acreditada en los Estados Unidos. Ello redundará obviamente en un claro beneficio para nuestros alumnos, quienes podrán exhibir con orgullo sus títulos universitarios otorgados por una Institución respetada y respetable en Chile y fuera de él.

Estas funciones me han permitido establecer una estrecha relación con profesionales de alta competencia tanto en el orden académico como en los Servicios, con sus gestores, y sobre todo con sus profesores y alumnos. Es todo un privilegio que el ejercicio del cargo proporciona y estoy seguro que mi sucesor en el mismo también sabrá aprovechar y para quien pido toda la colaboración, afecto y comprensión con la que fui privilegiado por ustedes.

Agradezco entonces a todos quienes confiaron en que esta tarea era posible.

Agradezco en primer lugar, al Rector don Rubén Covarrubias y al Directorio de nuestra Universidad, representado en esta ceremonia por su Presidente Don Ricardo García: sin la confianza de ellos habría sido imposible avanzar de la forma como se ha hecho. Sin conocerme hicieron una apuesta a lo menos…arriesgada.

Doy gracias a mis pares Vicerrectores con quienes compartí innumerables jornadas que reflexión y análisis y de cuyos conocimientos me he nutrido durante todos estos años.

A Decanos, Directores de Escuela, Carreras y académicos, con quienes hemos trabajado conjuntamente, y sin cuyo compromiso hasta las más nobles intenciones se habrían visto frustradas. No siempre estuvimos de acuerdo…pero crecimos, precisamente, a partir de nuestras diferencias. Ello está en la esencia de “hacer Universidad”.

A los funcionarios administrativos, que con frecuencia debieron sortear innumerables obstáculos para cumplir las tareas encomendadas, mi agradecimiento y reconocimiento a su desempeño y compromiso institucional. A Silvia, mi secretaria y a las auxiliares, especialmente a Gladys y Eva, quienes, con especial cariño estuvieron siempre dispuestas a hacer cuanto fuera necesario para cumplir sus cometidos haciendo siempre grato nuestro ambiente de trabajo.

Para nuestros alumnos, con quienes compartí sus éxitos, pero también sus angustias y tristezasmi especial reconocimiento a su esfuerzo y perseverancia, al trato deferente y respetuoso que siempre me brindaron y mi invitación a ser parte de una generación de profesionales que sabrá tender la mano a quienes más lo necesitan…que harán de sus profesiones un apostolado, y que con generosidad y desprendimiento dibujarán en nuestro paisaje humano, un país, una Latinoamérica y un mundo donde no habrá espacio para el desprecio a la dignidad humana, el color de la piel o la clase social la que se pertenece.

Como puedes ver José Luis, el trabajo está asegurado, pero las compensaciones merecen la pena. Dispones de los mejores profesionales para enfrentarte a los nuevos retos que se avecinan. Tienes cualidades y competencias más que sobradas que te llevarán con toda seguridad al éxito en el cargo que ahora asumes.

Animo y suerte, porque el trabajo es apasionante.

Por último, alguien deberá estar pensando “qué hace que una persona que se desempeña en una Institución que le respalda y reconoce, tome la decisión de abandonarla para buscar un nuevo derrotero”.

Ese es el punto… además de todo lo dicho… quiero representar en mi decisión de buscar nuevos caminos la impronta más significativa de nuestra Universidad: el emprendimiento.

Quiero emprender una nueva tarea: mi decisión de reinsertarme en el complejo mundo de la política no tiene que ver sólo con el ejercicio de una determinada función en el aparato del Estado. Por el contrario, esa es tal vez la menos significativa de las razones.

Mi decisión tiene que ver con el sueño de ser parte en la construcción de un modelo de sociedad que reconozca el valor de la persona humana mas allá de sus opciones políticas, religiosas o filosóficas, y dé cuenta de una diversidad cultural que nos permita saber que, en nuestras diferencias está, precisamente, la riqueza con que podemos construir el futuro.

La política es una actividad insustituible en democracia…cuando ella fracasa…comienza la guerra.

Es por ello que es, en el actual estado de desacreditación de la política y los políticos, donde debemos asumir mayores responsabilidades. Tenemos experiencia reciente de los efectos del fracaso de la política en Chile: quiero tener la tranquilidad de haber entregado a mis hijos y nietos, un país mejor que el que recibí de mis padres y abuelos.

Posiblemente al escuchar esto, más de alguien fruncirá el seño y pronunciará una palabra que con frecuencia forma parte de nuestro vocabulario, lamentablemente sólo para ser desacreditada en un mundo de exacerbado pragmatismo: UTOPIA.

Para aquellos, quiero concluir con un pequeño cuento:

Es la historia de un anciano en una pequeña aldea china, cubierta permanentemente por la sombra de una gran montaña, sombra que no permitía que los niños crecieran sanos y robustos. El anciano, tomó una cuchara de cerámica, emprendió viaje hacia la montaña y cuando los demás miembros de la aldea le preguntaron qué hacía con la cuchara en la mano les respondió: voy a mover esa montaña. Al unísono todos rieron y dijeron al anciano “NO PODRAS”, a lo que él contestó “ES VERDAD NO PODRE…PERO ALGUIEN TIENE QUE COMENZAR”.

Muchas Gracias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buscaba otra cosa, y me encontré con este texto...
Que hermosa forma de describir una universidad y que bien eso de creer o tener la firme convicción que aunque sea pequeño el aporte, alguien debe siempre comenzar... y la diferencias siempre deben existir, sino seríamos "un ladrilo más en una muralla" tal como lo presenta tal fielmente Pink Floyd en su gran obra "The Wall"...